¿Alguna vez te has preguntado si realmente sos feliz?
Yo me lo pregunto todo el tiempo. Es una linda terapia para salir en busca de las piezas que faltan.
¿Qué es la Vida? ¿Por qué aparecemos en este lugar, vivimos un tiempo y después nos vamos?
Esa es la cuestión que la Humanidad busca resolver, sin darse cuenta de que el resto de los animales la tienen bien resuelta hace mucho tiempo.
La Vida es un regalo, así de simple. Es un instante que resulta longevo, por ser la única especie que aprende despacito. El ternero nace y camina, más tarde sale a pastar. Ve el sol, ve el prado, se deleita con la imagen de los demás animales, corre, respira, crece, se reproduce... y luego muere para dejarle su cuerpo a la tierra, donde la muerte se transforma en Vida nuevamente.
Todo se maneja en base a un ciclo. Cuando algo viejo muere, algo nuevo nace.
El humano nace y aprende despacio. Aprende a caminar, a leer, a escribir, a utilizar todos y cada uno de los inventos de su especie, los recursos de la naturaleza en la que nace y la propia psiquis que se le entrega al nacer. Cuando crece, busca respuestas a las preguntas de los demás Seres Humanos y se formula propias.
Mi pregunta no es esa. La verdadera pregunta es: ¿Por qué se nos concede este regalo?
Hay que hacer algo realmente maravilloso para recibir un presente de este calibre. Y... ¿cómo es eso posible, si ni siquiera existíamos?
Bueno, ahí es donde la deuda es a largo plazo. Se nos da lo mejor que cualquier ente puede tener, pero se nos hace pagar por ello con trabajo. No hablo de horas en la oficina, sino de hacer valer la Vida como obsequio.
El trato es este: yo te doy la herramienta, vos utilizala del modo en el que puedas sacarle el mayor provecho posible.
Es por eso que nuestro instante en la Tierra no tiene que ser para penar, para errar sin sentido, para llorar sobre la leche derramada ni sentarnos a esperar que el planeta de otra vuelta más alrededor del sol.
La idea de la Vida es que uno la obtenga y la disfrute. Por disfrutar, no me refiero a bailar como locos y sonreír todo el tiempo, sino a darle el uso que corresponde:
Preguntar, observar, sentir, soñar, crear, cometer errores, aprender, crecer, explorar, valorar, amar, correr sobre la inmensidad bajo tus pies, pensando en que todo eso es tuyo para vivirlo. Es una infinidad de verbos y dudo tenerlos todos sabidos, pero cada día hay uno nuevo para interpretar.
A lo que voy es que... mientras respires, luchá por trascender. Transformá cada día en una nueva oportunidad y dale un uso al único regalo que es pura y exclusivamente tuyo hasta el momento en el que tengas que partir.
Repito, por enésima vez y sin balbucear: Vos sos lo único que tenés asegurado para siempre.
Si vivís sin arriesgarte, sin tomar tus chances, sin conquistar una porción de Humanidad, sin soñar aunque sea un sueño chiquitito... bueno, reformulá la pregunta y tratá de respondértela.
En todo aspecto de la vida, tus decisiones te van a condenar al bien o al mal. Si las cosas salen mal, es porque hubo una causa que fijó que fueran así. Es tan simple, que debería ser lo primero que se enseñe en las escuelas: "Tu bienestar depende del botón que presiones cuando se te den las opciones."
"Todo me sale mal", es la consecuencia de: "Estoy errando en los procesos y tomando decisiones que no me dejan satisfecho".
En fin, tu Vida es tuya, nadie vive por vos, nadie decide por vos, vos sos el dueño de tu pasado, presente y futuro. No dejes que nadie te diga cómo vivir, pero escuchá a los demás cuando te explican en qué punto podés llegar a estar errado. Cambiar no es forzar, cambiar es un proceso que toma todo el camino desde la cuna hasta la tumba... y nunca vamos a llegar a ser nada definido con exactitud. No busques definirte. Si sos hombre o mujer, si sos niño, adolescente, adulto o anciano, si sos alto o petiso, ¿qué importa? Eso jamás va a llegar a definir absolutamente nada.
Rasgos... rasgos sobran. Lo que realmente vale es cómo uses todo eso. Cómo elijas las opciones, cómo uses las herramientas, cómo plantees tu camino y hasta qué punto dejás que ciertos factores influyan en él.
¿Te acordás de cuando éramos chiquitos y jugábamos a atar una pierna con otra persona y caminar así? Bueno, de eso también se trata todo esto.
Si te puedo dar un solo consejo... nunca dejes de leer y escuchar a los demás. Somos una especie que debe avanzar unida y si no prestás atención a lo que los otros tienen para decir, estás retrasando los pasos y haciendo caer a tu compañero. Te aviso que si él cae, vos también... cuestiones lógicas de ataduras en piernas.
Bueno, mi querido lector, razón de cada palabra escrita en este medio... me despido agradeciéndote una vez más por tu tiempo.
No hay nada más hermoso que el hecho de que alguien decida ceder un ratito de su día para dedicárselo a un texto mío. Es una forma de dar cariño.
Acordate que yo nunca sostengo que lo que digo es una verdad absoluta, pero puede llegar a servirte para verlo con otros ojos. Así funciona esto.
Gracias, nuevamente.
Espero nos veamos en el siguiente.
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