A mis espaldas

No se si fue el impulso de mis pies, o una falla de la silla.
Lo que se, es que cuando me di vuelta, estabas ahí,
mirándome con la intensidad de una sacudida al alma.
¿Me invitaste a escribir? Porque eso es lo que lograste.
De no ser por vos, las noches no tendrían magia.
¿Cuántos han sido los que han escrito en tu nombre?
No es para menos, lucir un vestido de plata
en medio de la profunda oscuridad del manto celestial.
¿Qué haces? ¿Qué hiciste conmigo?
¿Por qué recortas mi silueta contra la pared?
Te dignas a mirarme altiva, desde ese lugar
al que sabes que no puedo llegar.
Y pones en evidencia tu soberanía,
al delatar el movimiento de cada uno de nosotros.
Descendiendo lentamente,
acariciando las sábanas del mundo.
Mis versos temen a tus ojos.
Dame, por enésima vez, piedad.
Guía mis manos sobre el papel,
serás mi tinta, serás el blanco, el negro y el color.
Dale forma a mis ideas, que te esperan con ansias.
Dale vida a mis palabras, que ya te han hecho inmortal.
Ámame con el amor de una madre,
con el calor de un hermano.
Dame alas, no me enseñes a volar.
Seré capitular, si me das códice.
Seremos alma, aún sin ser cuerpo.
Estás ahí, yo solo te ofrezco un vestido de plata,
te vistes, sales a pasear
sobre el oscuro manto con el que se cubre la Tierra.

Sé vos mismo, explicado


Si querés hacer algo, hacelo. Siempre y cuando seas responsable de las consecuencias.
Si no es dañino para vos o para el resto, con más furia te digo: hacelo.
Si el problema es la opinión de los ajenos, replanteate para quién vivís.
Si el problema es "¿Qué van a pensar mis amigos?", replanteate por qué los elegiste y fijate que ellos te tienen que querer como venís de fábrica. Si no es así, el título no está ganado.

"Te quiero", es la forma corta -que usamos en la actualidad- de una frase muchísimo más larga. Es más fácil decir "te quiero", porque la original es:
"Te quiero como naciste, como estás configurado para ser, con lo que hacés, pensás y decís. Te quiero como sea que te guste vivir, con tus mañas, con tus buenas y tus malas. Te quiero cuando estás bien y cuando estás mal, cuando me dan ganas de matarte, inclusive, te quiero. Te quiero y por eso te ayudo a crecer. Por ser vos mismo, te quiero."
Sí, nos tomaría muchísimo tiempo, pero de ahora en más, fijate que tus "te quiero" vengan con toda esa información asimilada. No los sueltes al azar si hay algún puntito del que no estás seguro.
"Te quiero" es un documento firmado con tu nombre. No lo dejés tirado en cualquier lado, no lo ensucies ni lo pierdas.

Ahora, a no confundir: una cosa es la naturaleza de uno y otra -abismalmente diferente- son las malas actitudes que nos garantizan una pésima calidad de vida. "Te quiero" es el documento que promete ayudar a crecer, sin cambiar la esencia.

Acá estamos todos para aprender, para crecer... errarle mil veces, ayuda a que las dos primeras se cumplan sanamente. Errar es humano, errar está bien. Lo repito y lo explico:
"Errar está bien".
Está bien, porque uno necesita errar primero, para enfocar en el error y corregirlo. Errar no es lo malo. Lo malo reside en el instante en el que uno se niega a aprender o a corregir el error. Para eso, se vuelve a errar mil veces hasta lograrlo.

Entonces, hasta ahora tenemos:
"Si querés hacer algo, hacelo sin importar lo que opinen los demás, pero siendo consciente de que uno es responsable de lo que hace."
"Te quiero es un documento"
"Errar está bien".

Perfecto.

Explicados los tres conceptos, viene lo bueno:

No te inhibas, porque les negás a los que están a tu alrededor la dicha de saber quién sos realmente. No te inhibas de intentar a pesar de tener asegurado el error. Aprendé de cada mal momento.
Si te inhibís de hacer lo que se te antoja, te privás a vos mismo de aprender y les mentís a los demás. No sería yo, si no escribiera este texto, a pesar de saber que puedo estar totalmente equivocada. Aprenderé cuando alguien lo lea y me muestre su punto de vista.
No te cierres ante el "qué dirán", porque los que "dicen" se la pasan "diciendo" mucho y viviendo poco.

Si realmente querés vivir tu vida irradiando tu luz y no detrás de la sombra de alguien más, tenés que saber que vos sos uno en sietemil millones. Dejá tu huella. Hacé que ese uno en sietemil millones sea realmente uno y no un fragmento de otros dos, tres, diez...
Si tenés ídolos, perfecto. Pero tenés que saber separar entre un "ídolo" y un "modelo a seguir". Ninguno de los dos van a hacerte a vos, pero el último puede darte pistas para encontrar un mejor camino.
Pistas. Que sean pistas, nada más que eso. El resto lo descubrís vos, por método deductivo o rompiéndote la cabeza contra la pared mil veces.

Voy con otros más:
Sé tu propio libro de autoayuda. Planteate lo que querés y apuntá 10 kilómetros más arriba. Si ves que no llegás, es porque falta seguir errando... pero uno SIEMPRE llega. La clave está en no abatirse al no verlo cumplido enseguida. No se va a cumplir enseguida, no es esa clase de magia instantánea, no insistas... se va a cumplir cuando se tenga que cumplir y como consecuencia de tu esfuerzo. Mientras tanto, trabajá duro para que ese momento llegue cuanto antes y disfrutá ese esfuerzo, no lo tomes como algo tedioso.
Estás construyendo la escalera y en cada escalón hay una aventura nueva que tiene que ser disfrutada. Escuchame vos... lo que importa no es el último escalón. Nunca vas a ver el último escalón. Lo que importa es disfrutar cada pasito, porque no existe una sola meta en este camino... son miles y están ahí todos los días.
La Vida es un estandarte, no una rutina deprimente.
Quien se deprime, es demasiado impaciente.

Si te tocó una vida de mierda, sentarse a llorar no resuelve nada. Las lágrimas limpian escombros, no los vuelven a poner en su lugar ni construyen nada nuevo en el espacio vacío.
Tigre. Vos, un tigre. El tigre con el pecho de acero inoxidable.
Agarrá lo que te tocó y hacé de eso algo con lo que a vos te encante vivir. No, no que te guste, que te ENCANTE.

Se puede. Y se puede tanto, que hasta se puede colaborar en los cimientos de los demás.

Sé vos mismo, porque es lo único que tenés asegurado desde que naciste, hasta el día en el que vuelvas al polvo. El resto va y viene. Vos quedás siempre, eso es invariable.

Querete vos, todos los días... porque los que te quieren pueden ir desapareciendo de a poco o de manera brusca. Cuando veas que todo va y viene, siempre te vas a tener a vos mismo y siempre vas a saber que se puede, que la Vida es una y no está ahí para dejarla ser como algo denso... está adentro de nosotros y tenemos que gozarla. Querete, porque queriéndote, querés a la Vida.

Hoy no cierro con una frase con olorcito a "broche de oro"... hoy voy a cerrar este texto con una palabra que me gusta mucho, mi favorita en todo el diccionario:

Vida.

Dos frases célebres en tres imágenes actuales





- "Dime con quien andas y te diré quién eres"
-Proverbio español
 
- "Los cantores se buscan por la tonada"
 -Proverbio español










- "Del fanatismo a la barbarie sólo media un paso"
- Denis Diderot


 - "La capacidad de sentir vergüenza es una buena brújula moral"
- Colin Powell








- "Cuando se trata de dinero todos somos de la misma religión."
- Voltaire



- "Antes de dar al pueblo sacerdotes, soldados y maestros, sería oportuno saber si no se está muriendo de hambre."
 - Leon Tolstoi






Para Pato, con amor. Cuando vuelvas de tus travesías con la Señora, hacete un ratito en la agenda para mirar cómo está la educación en la provincia. Digo, si te queda un ratito, para no joderte.

Seguramente conocés a "ellas"

Ellas mean su territorio. No importa si a vos te interesa o no interferir con ello, ellas sacan sus dientes.
Ellas son demonios. Son demonios con grandes colmillos y garras pintadas de rojo Nº 6.
Ellas tienen una obsesión con ellos. Ellas tienen una obsesión con las cámaras. Ellas tienen una obsesión con ser ellas, ellas, ellas, ellas son malas, ellas.
Yo no confío en ellas, ellas piensan que soy su enemigo. Ellas, ellas, ellas.
Ellas dicen que escuchan rock, ellas piensan que el rock es ser malo con otras ellas. Ellas piensan que el rock es ser malas conmigo. Ellas no saben que el rock es la unidad de todos los oyentes.
Ellas se creen hermosas, pero no lo son. Al menos no por dentro.
Ellas son malas. Ellas, ellas, ellas.
Ellas son malas con ellas, ellas son malas conmigo, ellas son muy malas. Muy muy malas. Tan malas, que ellos no quieren a ellas porque son malas.
Ellas creen que siendo malas ganan premios. Ellas creen que sacando a otras ellas, el camino hacia ellos les traerá felicidad.
Ellas son ruines, son demonios en tacones.
Ellas creen que pueden pisotear al mundo con sus enormes tacones de demonio vestido de mujer. Ellas son malas.
Ellas lastiman a ellos, por el simple hecho de que pueden hacerlo. A ellos después no les sale el amor, porque ellas se creen que son lo suficientemente malas como para dañarlos.
Ellas son crueles, ellas despedazan almas. Ellas insultan, porque creen que insultando serán mejores.
Ellas se creen mejores, no importa qué tan "ellas" sean.
Ellas no son yo, ellas son malas.
Ellas odian a su mamá, ellas odian a su papá, ellas no quieren a sus hermanos y usan a sus amigos. Ellas son ruines, son diabólicas.
Ellas caminan pensándose rodeadas de papparazzis, ellas muestran la cola en cada esquina, para que ellos quieran a ellas. Cuando ellos quieren a ellas, ellas lastiman a ellos. Y así sucesivamente.
Y así, ellas comen comida chatarra. Ellas compran lentes grandes y camisas a cuadrillé. Ellas usan polleras cortas y borceguíes negros.
Cuando otras usa algo de lo que ellas usó, es enemigo. Enemigo, enemigo mortal. Ellas quiere ser única, pero es simplemente una asquerosa y horripilante ellas.
Ellas se creen "más grandes", como los chiquitos. Ellas son chiquitas. Ellas son diminutas. Diminutas y diabólicas.
Ellas dicen que no creen en el amor y así lastiman. Pero lo dicen únicamente porque no saben qué más decir.
Ellas hablan por hablar. Ellas no saben absolutamente nada de la vida.
Ellas son feas, malas, diabólicas y muy muy poderosas en su pequeño mundo de fantasías.

Ellas no son yo, yo soy yo. Yo, por suerte, siempre fui yo y nunca quise ser ellas. Ellas no quieren ser yo, porque yo no soy mala, no piso gente, no uso tacones, no me pinto las uñas color rojo Nº6.

Ellas, hay una en cada lugar. Cuando son más de una... TEME POR TU VIDA.

Allá, en la infancia

Yo que los escuché hablar de arrabales,
soñando un Buenos Aires
pichón de algún ayer.

Yo imaginé calles de piedra,
paredones, tintas rojas
y un cantor en un burdel.

Allí bailaba a tropezones,
actuando de pantomima,
Le di manija a muchos versos,
pifiándole a las rimas.

Y aunque no es joda escribir de estas cosas,
yo tengo un tango en mente y me condena,
y cada estrofa sale a duras penas,
pensando en Mariano Mores, dirá,
que quizá es una locura,
Cantar escribiendo, escribir cantando,
pero de chicos y algo de locos,
es de saber, siempre tendremos un poco.

Qué me dirán los que siempre opinan,
que yo los hago trompicar,
cuando le escribo una atrás de otra,
Ay, si supieran que al cantar
uno se llena de poesía el alma.
Y al alma siempre hay que dejarla llenar.

Yo tengo amigos de dos por cuatro,
que me acompañan a imaginar,
Calles de piedra y arrabales
O algún cantor, trovando en un bar.

Tantas palabras...



Tantas palabras que tocaron mi alma ayer,
hoy me lastiman...
Dame el corazón tan destruído,
¡No lo dejes morir!


Y sin embargo, sigo acá,
bajo la lluvia y el frío
Soñando me digas así:
"Siempre estuve enamorada de tí".


Dame tu amor, o algo que calme este infierno.
Tu corazón, es lluvia y apaga este fuego..


Por tanta agua que ha corrido 
sobre el lecho de este río,
difícil es olvidar si el pecho sigue encencido...


Dame tu amor, o algo que calme este infierno.
Tu corazón, es lluvia y apaga este fuego..


Por eso dame tu amor, o algo que calme este infierno...
O algo que calme este infierno...


Doce de diciembre del dosmil nueve.
29 meses después, otro "hubiera" necesario.

Lamentos de un amigo zorro


Me acerqué sin más al poblado,
traté de pedirles piedad.
No soy una fiera enojada,
fui emblema de identidad.

Allá, en las Islas del viento,
que me han condenado a existir,
Ni aguará guazú, ni yaguareté
Yo soy el Guará de plaqué.

Sepan, hombres, que no hay dueño
mas el que cuida su tierra.
Si hace siglos no había pliegos,
que valieran una guerra.

Hoy yo canto desde el cielo,
a mi pueblo que han borrado,
como súplica a una raza
que mata por provocado.

Y castiga al que tiene colmillos,
con su arma, la ignorancia,
me acerqué sin más al poblado
y me dieron discordancia.

Hombre, tú que te jactas de saber
¿Has sabido que fui tu pasado?
Animal, que no es patrimonio,
sino natural y sagrado.

Dueños, una vez más le reprocho,
que lo fuimos los instintivos,
mientras tú con tus armas al hombro,
te creías, de todo, un nativo.

En las Islas del viento nací,
en el mismo lugar yo morí.
¿Había duda de quién les ha hablado?,
“Yo fui el Guará”, le asentí.

Encabalgamiento lunático

El hierro se vuelve seda al roce de tus manos.
 Lobos, lobos bañados por una luna enorme
que canta suavemente para que seamos
simples admiradores de esta vida.

Sobrevuela, encima de los dos,
una estela de romance prófugo
¿Prófugo? ¡De la cordura!
Tontos, casi embriagados en caricias.
Ni vos, ni yo, nosotros.

Otra vez la luna, testigo de tantas noches
Noches en brazos de lo sano, de lo natural.
Es natural el impulso de acercarse
¿Qué dirán, entonces,
si supieran que no sos vos, que no soy yo?

Y tus ojos, gitano...
me dan visa perpetua en el cielo.
Los ojos que conquisto cada día,
no perderse en el laberinto de tu mirada,
un desafío más.

Sabrán, si nos queda aire,
Sabrán si volamos sin alas...
Supieras darme silencio con tus labios
Gélidas almas vagando por suelo ajeno,
dominado... con maestría, dominado.

Te mentiría si dijera que es tu voz,
sería peor si fueran esos ojos, gitano...
... cruel sería intentar darle una razón.
Y la crueldad no es mi mejor intención.

Está fuera de mis manos, está fuera de tu piel.
Erraba por la vida, hasta que se encontró.
No es un espejo, es una flor naciente.
No es una estrella, el es Universo.

Magno, colosal, inimaginable.
Imposible de domesticar, como fiera salvaje
Tigre de pecho abierto a balas de miel.
Allá, donde todos miran y nadie se atreve.

Y otra vez la luna, testigo de lo espontáneo.
No estaba en tus planes, no estaba en los míos,
Estaba en el aire, esperando encontrarse.
Y una vez más, las riendas no le dan calce.

Ni vos, ni yo...

Y yo, que siempre lo ubiqué en el pecho,
cuando vivió la historia en el cuerpo entero.
 Y vos, que sabés que el mañana está fuera
de nuestra jurisdicción.

Y nosotros, una unidad de dos.
Un uno más uno, que resulta uno.

Las palabras nunca han sido del viento,
él es solo un ladrón de lo dicho, amor.

Que no importé lo que fue,
que no importe lo que será...
que nos quede lo que es.

Y sea así, que me quede tu pecho para dormir,
que sean tus brazos un refugio.
Pero que no sea nada de eso...
Cruel es, ya ves, darle una razón.
No hay mejor razón que simplemente no tenerla.

Eso que habita en uno...

Yo se que uno no necesita la aprobación ni el orgullo de los demás para vivir, pero juro que cada vez que alguien sonríe por mi culpa, siento un huracán de vida en el pecho. Es terrible. Pero ese "terrible" que se desprende con fuerza de "hermoso" y se mete con pasión en "mágico".

Lo digo, y no me tiembla el pulso, por los que se abren a recibir mis mensajes, esos que mando entre líneas y dejo plasmados en colores. Es un momento épico, ese en el que alguien me dice "me sentí identificado con lo que dijiste, con lo que dibujaste..."
En ese momento yo entiendo que alguien dejó un poquito de su tiempo para prestarlo a lo que yo tenía para expresar.  Y es mucho más grande cuando, además, causó un impacto positivo, cambió algo en él, lo hizo sentir acompañado...
Siento que nada en la vida es en vano. Siento que cada intento, que cada suspiro, que cada emoción está bien fundada y tiene una razón de ser.
Siento que el mundo es enorme y yo soy chiquitita. Siento que la vida es el instante en el que venimos a este suelo para disfrutarlo, descubrirlo, crecer con él, aprender...

Y hay tantas cosas que nos mueven por dentro y hacen que ese temblor se exteriorice... que me parece estúpido desaprovecharlas. Un abrazo, un par de notas justas en una canción, algún texto, un beso cargado de amor, un amanecer frente al río...
Respirar no es realmente la prueba de estar vivos. La prueba ideal, la prueba exacta... es estremecerse con algo, maravillarse, disfrutar, es sonreír con o sin motivos.
Yo se que soy redundante en esto, pero lo voy a seguir sosteniendo: Disfrutá de estar vivo.


Júzguenme solo por lo que palpita en mi pecho...

La admiración que siento hacia el mundo y sus habitantes, también es digna de comentar. Siempre dije que los maestros están en todos lados. No respetan edades, no respetan géneros, tiempos, espacios físicos. Solo están ahí, alrededor tuyo. En vos está aprender de ellos.

Juzgalos solo por lo que palpita en sus pechos...

¿Y que están llenos de sueños? Por supuesto. Si seguís lo que te digo, juzgándolos por lo que palpita en sus pechos, esos sueños se cumplen. Y se cumplen, porque los veo cumplirse a diario.
Y cada sueño cumplido, es una esperanza nueva, otro sueño más por cumplir. El ciclo más hermoso está en los ojos de los ajenos, de los cercanos, de los conocidos y los desconocidos.

Cuando estoy de mal humor, me siento a ver a las personas. Es una terapia relajante. Pensar que cada una de ellas lleva una historia, que cada una de ellas está atestada de estos sueños de los que te hablo... me inspira.

Usted, lector, me inspira a escribir todos los días algo nuevo.
Por eso, muchas gracias por existir. Gracias por permitirme ser la institución momentánea a través de la cual usted recibe ese título tan lindo, el de "Lector".
Gracias por darme letra, por ayudarme a olvidar los malestares.

Ayer hablábamos con uno de esos hermosos sueños nómades, que la felicidad no es una meta por la que se lucha toda una vida. La felicidad es un sentimiento, es un estado.
La felicidad es algo por lo que se tiene que vivir día a día. Uno la elige, uno la crea. Uno la propicia, le autoriza a invardir un alma. Somos dueños de este estado a diario, aunque muchas veces lo olvidemos.

No vivas buscando la felicidad como un punto de llegada en esta carrera, que es la vida. Viví, mejor, pensando que a ella podés llegar todos los días y que este objetivo, este mismísimo que conseguimos por nosotros mismos, nos abre las puertas a la infinidad de magia que hay allá afuera.

Gracias, nuevamente, por crear este momento que siempre será nuestro.