Sé vos mismo, explicado


Si querés hacer algo, hacelo. Siempre y cuando seas responsable de las consecuencias.
Si no es dañino para vos o para el resto, con más furia te digo: hacelo.
Si el problema es la opinión de los ajenos, replanteate para quién vivís.
Si el problema es "¿Qué van a pensar mis amigos?", replanteate por qué los elegiste y fijate que ellos te tienen que querer como venís de fábrica. Si no es así, el título no está ganado.

"Te quiero", es la forma corta -que usamos en la actualidad- de una frase muchísimo más larga. Es más fácil decir "te quiero", porque la original es:
"Te quiero como naciste, como estás configurado para ser, con lo que hacés, pensás y decís. Te quiero como sea que te guste vivir, con tus mañas, con tus buenas y tus malas. Te quiero cuando estás bien y cuando estás mal, cuando me dan ganas de matarte, inclusive, te quiero. Te quiero y por eso te ayudo a crecer. Por ser vos mismo, te quiero."
Sí, nos tomaría muchísimo tiempo, pero de ahora en más, fijate que tus "te quiero" vengan con toda esa información asimilada. No los sueltes al azar si hay algún puntito del que no estás seguro.
"Te quiero" es un documento firmado con tu nombre. No lo dejés tirado en cualquier lado, no lo ensucies ni lo pierdas.

Ahora, a no confundir: una cosa es la naturaleza de uno y otra -abismalmente diferente- son las malas actitudes que nos garantizan una pésima calidad de vida. "Te quiero" es el documento que promete ayudar a crecer, sin cambiar la esencia.

Acá estamos todos para aprender, para crecer... errarle mil veces, ayuda a que las dos primeras se cumplan sanamente. Errar es humano, errar está bien. Lo repito y lo explico:
"Errar está bien".
Está bien, porque uno necesita errar primero, para enfocar en el error y corregirlo. Errar no es lo malo. Lo malo reside en el instante en el que uno se niega a aprender o a corregir el error. Para eso, se vuelve a errar mil veces hasta lograrlo.

Entonces, hasta ahora tenemos:
"Si querés hacer algo, hacelo sin importar lo que opinen los demás, pero siendo consciente de que uno es responsable de lo que hace."
"Te quiero es un documento"
"Errar está bien".

Perfecto.

Explicados los tres conceptos, viene lo bueno:

No te inhibas, porque les negás a los que están a tu alrededor la dicha de saber quién sos realmente. No te inhibas de intentar a pesar de tener asegurado el error. Aprendé de cada mal momento.
Si te inhibís de hacer lo que se te antoja, te privás a vos mismo de aprender y les mentís a los demás. No sería yo, si no escribiera este texto, a pesar de saber que puedo estar totalmente equivocada. Aprenderé cuando alguien lo lea y me muestre su punto de vista.
No te cierres ante el "qué dirán", porque los que "dicen" se la pasan "diciendo" mucho y viviendo poco.

Si realmente querés vivir tu vida irradiando tu luz y no detrás de la sombra de alguien más, tenés que saber que vos sos uno en sietemil millones. Dejá tu huella. Hacé que ese uno en sietemil millones sea realmente uno y no un fragmento de otros dos, tres, diez...
Si tenés ídolos, perfecto. Pero tenés que saber separar entre un "ídolo" y un "modelo a seguir". Ninguno de los dos van a hacerte a vos, pero el último puede darte pistas para encontrar un mejor camino.
Pistas. Que sean pistas, nada más que eso. El resto lo descubrís vos, por método deductivo o rompiéndote la cabeza contra la pared mil veces.

Voy con otros más:
Sé tu propio libro de autoayuda. Planteate lo que querés y apuntá 10 kilómetros más arriba. Si ves que no llegás, es porque falta seguir errando... pero uno SIEMPRE llega. La clave está en no abatirse al no verlo cumplido enseguida. No se va a cumplir enseguida, no es esa clase de magia instantánea, no insistas... se va a cumplir cuando se tenga que cumplir y como consecuencia de tu esfuerzo. Mientras tanto, trabajá duro para que ese momento llegue cuanto antes y disfrutá ese esfuerzo, no lo tomes como algo tedioso.
Estás construyendo la escalera y en cada escalón hay una aventura nueva que tiene que ser disfrutada. Escuchame vos... lo que importa no es el último escalón. Nunca vas a ver el último escalón. Lo que importa es disfrutar cada pasito, porque no existe una sola meta en este camino... son miles y están ahí todos los días.
La Vida es un estandarte, no una rutina deprimente.
Quien se deprime, es demasiado impaciente.

Si te tocó una vida de mierda, sentarse a llorar no resuelve nada. Las lágrimas limpian escombros, no los vuelven a poner en su lugar ni construyen nada nuevo en el espacio vacío.
Tigre. Vos, un tigre. El tigre con el pecho de acero inoxidable.
Agarrá lo que te tocó y hacé de eso algo con lo que a vos te encante vivir. No, no que te guste, que te ENCANTE.

Se puede. Y se puede tanto, que hasta se puede colaborar en los cimientos de los demás.

Sé vos mismo, porque es lo único que tenés asegurado desde que naciste, hasta el día en el que vuelvas al polvo. El resto va y viene. Vos quedás siempre, eso es invariable.

Querete vos, todos los días... porque los que te quieren pueden ir desapareciendo de a poco o de manera brusca. Cuando veas que todo va y viene, siempre te vas a tener a vos mismo y siempre vas a saber que se puede, que la Vida es una y no está ahí para dejarla ser como algo denso... está adentro de nosotros y tenemos que gozarla. Querete, porque queriéndote, querés a la Vida.

Hoy no cierro con una frase con olorcito a "broche de oro"... hoy voy a cerrar este texto con una palabra que me gusta mucho, mi favorita en todo el diccionario:

Vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario