El hierro se vuelve seda al roce de tus manos.
Lobos, lobos bañados por una luna enorme
que canta suavemente para que seamos
simples admiradores de esta vida.
Sobrevuela, encima de los dos,
una estela de romance prófugo
¿Prófugo? ¡De la cordura!
Tontos, casi embriagados en caricias.
Ni vos, ni yo, nosotros.
Otra vez la luna, testigo de tantas noches
Noches en brazos de lo sano, de lo natural.
Es natural el impulso de acercarse
¿Qué dirán, entonces,
si supieran que no sos vos, que no soy yo?
Y tus ojos, gitano...
me dan visa perpetua en el cielo.
Los ojos que conquisto cada día,
no perderse en el laberinto de tu mirada,
un desafío más.
Sabrán, si nos queda aire,
Sabrán si volamos sin alas...
Supieras darme silencio con tus labios
Gélidas almas vagando por suelo ajeno,
dominado... con maestría, dominado.
Te mentiría si dijera que es tu voz,
sería peor si fueran esos ojos, gitano...
... cruel sería intentar darle una razón.
Y la crueldad no es mi mejor intención.
Está fuera de mis manos, está fuera de tu piel.
Erraba por la vida, hasta que se encontró.
No es un espejo, es una flor naciente.
No es una estrella, el es Universo.
Magno, colosal, inimaginable.
Imposible de domesticar, como fiera salvaje
Tigre de pecho abierto a balas de miel.
Allá, donde todos miran y nadie se atreve.
Y otra vez la luna, testigo de lo espontáneo.
No estaba en tus planes, no estaba en los míos,
Estaba en el aire, esperando encontrarse.
Y una vez más, las riendas no le dan calce.
Ni vos, ni yo...
Y yo, que siempre lo ubiqué en el pecho,
cuando vivió la historia en el cuerpo entero.
Y vos, que sabés que el mañana está fuera
de nuestra jurisdicción.
Y nosotros, una unidad de dos.
Un uno más uno, que resulta uno.
Las palabras nunca han sido del viento,
él es solo un ladrón de lo dicho, amor.
Que no importé lo que fue,
que no importe lo que será...
que nos quede lo que es.
Y sea así, que me quede tu pecho para dormir,
que sean tus brazos un refugio.
Pero que no sea nada de eso...
Cruel es, ya ves, darle una razón.
No hay mejor razón que simplemente no tenerla.
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