No me atrevo a completar la frase. No se si las personas que nos rodean nos definen, pero lo que si se, es que pueden ayudarnos a ser mejores día a día.
¿Qué es ser "mejor"? Bueno, definitivamente no se basa en lo físico. Tampoco es una cuestión de inteligencia, destreza, aptitud o voluntad.
Ser una "mejor persona" tampoco refiere a una competencia con el par, sino con uno mismo. Ser "mejor" que lo que solía ser, hace cinco minutos, hace un año, hace una década...
¿De qué hablo? De convicción.
Hablo de entender lo que nos hace felices y pelear por ello todos los días. Quizá también una cuota de altruismo, en tanto sea honesto.
Más que inteligencia, curiosidad, ganas de saber. Más que destreza, fortaleza mental para afrontar los momentos difíciles y disfrutar de los fáciles. Más que forzar aptitud, tener conocimiento y ejercer una sana explotación del potencial propio. Más que voluntad...vigor, ganas de hacer, ganas de ser... pero con toda la furia.
¿Qué rol juegan los que nos rodean? A sapiencia de que el Ser Humano es un Ser Social, que necesita de los demás para vivir, los amigos y la familia son la apuesta más fuerte en el desarrollo de un ente pleno y feliz.
Sin raíces, un árbol no puede crecer sano y fuerte. Arraigar desde la familia y encontrar nuestra parcela en el paraíso terrenal... debería ser la Ley Primera.
Los amigos son la institución donde uno se corrompe y se corrige constantemente. Corren con la desdicha de ser los conejitos de indias de cada una de nuestras macanas, pero todo se compensa con prueba-error-aprendizaje. Lo mejor viene después del último paso.
Son ellos los que nos elevan en la escala de nuestra mejoría. Son ellos los que nos enseñan las cuestiones fundamentales para encontrar el equilibrio entre el individuo y la sociedad.
Lo bueno de todo esto, es que es recíproco. Vos aprendés conmigo, yo aprendo con vos. Los dos sufrimos, obviamente... pero es que de eso se trata. Sin el primer tropezón, uno no aprende a esquivar las piedras.
La autoestima (no confundir con "egoísmo") juega de parámetro. Cuando es nula, nos desmerecemos. Cuando es excesiva, nos volvemos bestias narcisistas. El punto medio se encuentra en ese lugar en el que somos iguales y diferentes a la vez. La dificultad está en discernir entre las últimas dos.
La igualdad reside en la Humanidad. Somos Seres Humanos. Todos sufrimos, reímos, lloramos, bailamos, cantamos, respiramos, soñamos por igual. Ninguno es más ni menos que otro.
La diferencia se aloja en el individuo. La subjetividad es la reina de las desemejanzas. Vos sos bueno para jugar al fútbol y yo para escribir textos larguísimos con mis opiniones. A vos te interesa mucho la Física y poco la Historia, pero yo se algo de Literatura y poquísimo de números y quizá él encuentre divertido leer sobre Medicina y le aburra la Música. Para mí, la lluvia trae buenas nuevas... para vos traerá melancolía. A mi me encanta el color rojo y quizá vos disfrutes muchísimo el azul.
¿Ves? Somos diferentes e iguales al mismo tiempo.
Los amigos te entrenan para tolerar estas diferencias y entenderlas como estandartes de nuestra unicidad, de la mera singularidad que nos hace especiales sin dejar de ser pares.
La magia de todo esto habita en saber que no son los demás los que te definen terminantemente, pero sí son los que te ayudan a hacerlo a tu medida, buscando tu lugarcito en el mundo.
"Dime con quién andas y te diré quién eres..."
Yo diría: "Dime con quién andas y te diré quién podrías llegar a ser, si sabes cómo aprender de ellos". Pero claro, mis frases siempre van a ocupar más de un renglón y eso no conviene a la memoria del Vox Populi (Risas, risas, risas).
Más que una reflexión, esto fue un agradecimiento.
A todos les deseo el hallazgo de amigos como los que -afortunadamente- tengo hoy. Estas personas me complementan, me enseñan y acompañan en cada paso. Puedo ser yo misma sin miedo, porque ellos me aceptan y quieren por todas y cada una de las cualidades y defectos que convergen en mi Ser.
Pasa esto, porque generamos un espacio de reciprocidad y bienestar. Yo los quiero sin condiciones, ellos me devuelven la misma moneda (y hasta a veces viene con intereses).
Por eso mismo, tratá a los demás como te gusta que te traten. Si son los 'indicados', van a saber retribuir cada pequeño o gran detalle casi sin darse cuenta.
Arriesgate, jugá, amá sin ataduras. Si te hieren o te desmerecen, entonces tenés la chance de tomar la enseñanza y hacerlo mejor la segunda vez. Si falla la segunda, tenés mil oportunidades más. No te canses hasta que encuentres a los que te hagan sentir único, auténtico, diferente e igual al mismo tiempo.
Vuelvo al inicio: curiosidad, fortaleza mental, conocimiento del potencial propio, vigor... peleá la vida con la fuerza de un león y formá una manada que te ayude a rugir cada vez con más energía.
Muchas gracias por tu tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario