Las relaciones humanas cumplen una sola función: satisfacer nuestra necesidad como Seres sociales. Pero ojo, que la situación no está tan helada.
Nos gestamos durante un período de 7-9 meses unidos a una persona por el cordón umbilical. Cuando nos separamos, se corta ese nexo físico, pero el lazo con la Humanidad sigue intacto. Como su tuviéramos un cordón invisible que nos une al resto de los Seres Humanos y nos liga aún más a los que elegimos como "Seres Queridos".
La verdadera razón de las relaciones reside en el bienestar. Dos personas se unen para compartir, para hacer a la felicidad mutua.
Cuando la relación florece, hay que saber cuidarla. Las raíces de nuestra flor son el amor, el tallo es el compañerismo y los pétalos serían la confianza. Todos sabemos que cuando los pétalos de una flor caen uno a uno, la pobrecita se vuelve fea.
Para sostener estos pétalos, hacen falta acciones. El cáliz de nuestra flor son las acciones.
Entonces ahora tenemos tres sujetos: dos personas y una flor. Es tarea de los dos elegir cuidar un cardo o una orquídea.
Ustedes sabrán cuidar sus flores a su manera, no soy quién para proponer una doctrina... pero quizá esto sirva:
No debemos pelear por el curso del viento, sino debatir sobre la posición en la que nos conviene apuntar nuestra vela, para que el barco nos lleve a tierra sanos y salvos.
Recuerden que el amor es una recompensa: debemos saber ganarlo, cuidarlo, valorarlo y retribuirlo.
Espero tengan un jardín repleto de vida y color, mas nunca lo dejen marchitar.
Gracias por leerme.
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