Vos y yo tenemos que hablar

Hay algunas cosas que quizá debas recordar en todo momento, sobre todo ahora que decidiste volver a desafiarte.
En primer lugar, mantené los ojos en el camino, no en la meta. Proponete pequeños objetivos y disfrutalos. No pienses en recibirte y ser una gran profesional, pensá en las cosas que vas a aprender y las que ya sabés. Eso te va a facilitar abrir la cabeza y dudar aún más.
Nunca caigas antes de saber si podés arreglar el motor y seguir volando. Vas a errar mil veces y mil veces te vas a sentir mal. No dejes que te separe de la aventura.

Una cosa muy importante: nadie nace sabiendo y es normal que en tu primer día, tu primer mes y hasta tu primer año, no entiendas del todo bien lo que está pasando en la voz del profesor o en el pizarrón.
No determines que algo no es para vos solo porque no sabés resolver ejercicios o analizar oraciones. A decir verdad, nadie lo sabe realmente al principio.
No determines que algo no es para vos solo porque contiene una o dos materias, quizás más, en las que pensás que no sos bueno o jamás vas a aprobar: todo se aprende y a eso viniste, a aprender.
Sobre todas las cosas: no determines que algo no es para vos sin antes conocerlo bien. Quizá hoy no sea tan emocionante, pero luego resulta ser una gran aventura.

Tené paciencia. Es un ámbito donde hay otras personas, muchas veces totales desconocidos. Todos sabemos que donde hay muchas personas, también hay malos, buenos, tontos y genios.
Acercate. Nadie logra una carrera solo, dependemos de nuestros compañeros y colegas para complementarnos con ellos, con lo que saben, con sus ideas, con nuestras ideas... te sorprenderá conocer lo fácil que se hace el camino con alguien a tu lado cortando la maleza y moviendo rocas. Ayudá también a cortar la maleza, siempre aportá al que te aporta. Solo así se aprende.

Nunca tengas miedo ni vergüenza de preguntar lo que no sabés. Algunos se van a reír, pero considerá que no estás ahí para ser el más copado de la clase, sino para saber, para querer saber. La única forma de saber, es preguntarse a uno mismo para luego preguntar a los demás.
Tampoco tengas miedo de pedir ayuda. Si la necesitás, no lo dudes y si no la necesitás, mirá dos veces hasta estar seguro.

No viniste a ser mejor que nadie, no viniste a competir. Dejalo para otros ámbitos. Acá viniste a ser la mejor persona que podés ser, pero para vos misma.
Es obvio que algunos de tus compañeros se las van a saber todas y te van a hacer sentir un turco en la neblina, pero acordate que ellos ya lo aprendieron... y pronto vos también vas a saber lo que ellos saben, para poder desempeñarte mejor en lo que te gusta.

Esto es una elección, podías elegir otra cosa, pero decidiste estar acá y no te vas a ir sin hacer lo que venías a hacer. Si no, se convertiría en un intento fallido por falta de voluntad y quizá, manteniendo tu voluntad, podrías descubrir que esto en realidad es lo mejor que te pudo haber pasado, ¿estoy en lo cierto?
Nunca sabemos cómo va a ser hasta que no lo intentemos... e intentarlo requiere voluntad.

Hoy sos tu propia motivación, tu propio timón y motor. Nadie puede decirte qué hacer, pero muchos pueden darte las pautas para que tengas un poco más en claro lo que necesitás.

Por sobre todas las cosas: no te rindas. No mires atrás, no te conformes, no te desilusiones. Si sentís que te estás por desilusionar, cambiá de ilusión, pero siempre mantenete en pos de conseguir tu propia felicidad, tu propia grandeza, tu propio éxito. Para vos, por vos y también para el bien común.

No hay comentarios:

Publicar un comentario