Esto insoportable

Eran las dos de la mañana y no iba ni siquiera por la primera parte. Estaba escribiendo alguna tontería sobre naves espaciales y animales antropomórficos salvando un planeta que no existe en una galaxia que no existe, pero pará, porque en mi cabeza existe todo.
Tuve que frenarme unos minutos a plantearme si realmente estoy haciendo las cosas bien. Digo, escribiendo todas estas cosas sobre cuestiones que cualquier adulto catalogaría como "estúpidas". Después me acordé que yo nunca escribí para adultos. Toda mi vida he perseguido la idea de que escribir es para locos y los que leen, algo de niños tienen que tener. Si no, es imposible disfrutar la lectura. La imaginación es algo fundamental.

Es un poco jugar a los legos con palabras. Lo lindo es que vos decidís qué es lo que pasa, cuándo, dónde, por qué, para qué. Sos el cronista de tu propia creación y es absolutamente bizarro. Arranca en la cabeza como una idea milenaria, algo que lleva ahí desde mucho antes de que tu propia vida empezara siquiera, desde mucho antes de que fueras creado.
Es increíblemente paradójico. Sos vos, creando y recreando, destruyendo, acomodando, poniendo, sacando y extrañando. Es como una súplica desesperada por frenar un montón de pensamientos que te van más rápido que las manos, que la mente, que la boca. Duele un poco en la cabeza, otro poco en las manos, otro poco en la voz. Duele en todos lados, porque sabés que no podés correrte a vos mismo, que ese vos va más rápido que este vos... adjetivos y verbos, con adverbios y sustantivos con oraciones bimembres, unimembres, textos, párrafos, diptongos, triptongos, dolor de cabeza, encabalgamientos, haikus, poesías, coyunturas, la historia, dolor en los dedos, la ansiedad, los nervios, la presión en la boca del estómago, más verbos, más adverbios, más sustantivos propios, colectivos, comunes, pronombres, conjunciones, preposiciones, proposiciones, dolor en la voz, el grito, la maravilla, ¡eureka!, onomatopeya... BASTA.

Y de repente, la razón. ¿Por qué estoy haciendo todo esto? ¿Por qué estoy feliz si duele tanto? ¿Por qué estoy tan enamorada de esta sensación de contar? Y yo no entiendo, pero creo que hay cosas que no demandan ser entendidas para ser disfrutadas.

En cada mayúscula empecé yo. En cada coma, descansé. En cada guión hablé y en cada signo de pregunta tuve una duda. Grité entre signos de exclamación y en cada punto final, terminé yo. Toda yo.
Así soy feliz.

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