Todo está conectado

Hay algo muy extraño en el modus operandi de la vita nostra.
Resulta que un día pienso en alguien que hace años que no veo y ¡pum!, de la nada me lo vuelvo a encontrar. Está buenísimo cuando es alguien que extraño.

Las personas mutan. Las personas están en constante cambio.
Son estos cambios los que hacen que a veces nos separemos o nos unamos. Cada quién tiene su momento y cuando dos momentos encuentran una cierta cantidad de puntos coincidentes, surge la afinidad, la cercanía.
A veces nos alejamos de un amigo durante mucho tiempo, pero siempre existe la posibilidad de que nuestros cambios nos reencuentren.
Nunca hay que guardar rencor. Una persona que conociste hace cinco minutos, en este exacto segundo ya no es la misma. Metamorfosis continua, ese es el problema que nos aqueja tanto.

Aprendemos a nuestro ritmo, nuestros gustos van variando, nuestra personalidad se va modificando con cada piedra en el camino. Gracias a ello, nunca nos aburrimos de existir. 
Por desgracia, muchos piensan que esos cambios son desfavorables. Y sí, cada vez que pienso en un amigo que hace meses que no veo, me pongo triste. La realidad es que ambos sufrimos algún tipo de alteración en nuestra vida que nos cambió la inclinación.
Hoy puedo no estar tan pegada a vos, pero quizá en otro momento nuestra metamorfosis nos una y viceversa.

A veces es mejor aceptar que el mundo entero está conectado y conspira en silencio para que todos logremos una meta. Lo importante es proponérselo con toda la fuerza de voluntad posible.
Todos tenemos el poder de "hacer suceder". Podemos forzar de alguna -buena- manera el futuro de las cosas. Lo incierto es lo más atractivo.
¿Qué puede ser mejor que algo que no sabemos cómo va a ser? Por ahí imaginamos el futuro de una linda manera y gracias a eso, tendemos a forzar que suceda así. A veces lo imaginamos de una forma terrible, catastrófica... y luchamos por cambiarlo.
Sin darnos cuenta, estamos construyendo un camino en base a la proyección y, por supuesto, de la creencia de esta proyección de una realidad posterior.

La cruda es que nosotros lo manejamos. No está escrito. Nunca estuvo escrito. Hay medios y existe la capacidad de manipularlos a nuestro favor.
De última, si las cosas no salen como lo pensabas, debe haber una razón momentáneamente oculta que te puede llegar a deparar algo distinto o hasta mucho mejor. Tiempo al tiempo.

Cada mañana hay una pregunta que la vida te hace y vos respondés. Es algo que hacemos desde el nacimiento, por lo tanto, no te das cuenta por estar acostumbrado.
La pregunta es simple: ¿Hoy querés sonreír o fruncir el ceño? 
Si elegís sonreír, tenés que sonreír hasta que el ceño fruncido de los demás desaparezca... es un laburo jodido, pero no imposible. Si contagiás tu sonrisa a cada persona enojada, eso se va a expandir hasta que tu entorno logre un ambiente pacífico y amigable para que tu día sea brillante.

La clave de que un día sea genial es el optimismo. Si te fue mal en una, seguí sonriendo. Si te dejás sobrepasar por esa mala, entonces un campo magnético de mal humor te va a rodear y todo lo que hagas después te va a parecer caótico e insoportable. Sin contar de que se te pega todo lo malo como un tatuaje de chicle que después te querés sacar y te tira los pelitos. 

Seguramente te pasó: desaprobaste un examen, perdiste la sonrisa. Después resulta que una mínima actitud negativa de otra persona hizo crecer tu mal humor... y después la cola del banco es inaguantable, tu amigo se vuelve enemigo, tu mamá es molesta, tenés que trabajar y se estudia un cuarto de la vida para trabajar dos cuartos y morir en el último y... y... y ... y todo es una porquería porque dejaste que creciera el mal humor en vos.

En fin, creo que expliqué de más. 
Llenate de optimismo.
Gracias por leerme hoy.

No hay comentarios:

Publicar un comentario